sábado, 30 de mayo de 2009

EL GABINETE DEL DOCTOR CALIGARI (Ensayo)

El expresionismo del Doctor Caligari
El gabinete del doctor Caligari, el expresionismo alemán puesto en escena, narra los estremecedores crímenes que cometía Cesare, bajo las órdenes hipnóticas del doctor Caligari, quién recorría las ferias de las ciudades alemanas exhibiendo a su sonámbulo. La fuente de inspiración para Robert Wiene fue una serie de crímenes sexuales ocurridos en Hamburgo, Alemania. Una muy buena producción que logra su cometido mediante la escenografía, los personajes y la trama.

El cine expresionista alemán se le otorgó a un grupo de producciones cinematográficas que se caracterizan por el contraste con la corriente impresionista del siglo XIX en la pintura, eso quiere decir el destierro de los tonos oscuros, neutros y grises que no aparecen en el espectro solar (puesto que lo deseado era una pintura luminosa, de tonalidades vivas y claras), fue reemplazada por los colores fuerte y puros, las forma retorcida y la composición agresiva para potenciar el impacto emocional del espectador distorsionando y exagerando los temas. Esto sucedió en el ámbito del arte, igualmente en la película expresionista del Doctor Caligari el principal atractivo reside en la anormalidad escenográfica, con chimeneas oblicuas, reminiscencias cubistas y ventanas con forma de flecha, todo ello con una función dramática y psicológica, y no sólo de forma decorativa.

Esta excelente producción del expresionismo impacta desde la primera escena. La simple representación de los lugares es apartada para abrir paso a imágenes que contiene una percepción estética más allá de la realidad. Los fuertes contraste entre luces y sobras, las formas distorsionadas, el maquillaje, el vestuario y la exageración en las interpretaciones son la reproducción de un contexto delirante, enfermo, lúgubre y horripilante.

En especial la exageración de los gestos y actitudes de los personajes dejan no sólo ver la intención de cada sujeto sino que parece sugerir maldad, picardía o perversidad en la mirada no sólo en los antagonistas sino en los protagonistas y personajes secundarios. Además la extravagancia del maquillaje y el vestuario permiten percibir un delicado aire sepulcral, envueltos en una atmosfera espectral. En cuanto al escenario los decorados arquitectónicos con un toque cubista y distorsionado con puertas y ventanas asimétricas y pinturas desde el techo hasta el suelo transmiten ambientes irreales, fascinantes pero sobre todo sicodélicos. El manejo de las escenas proporciona un buen entendimiento. Los planos oscurecidos para resaltar un personaje o acciones determinadas, son de gran creatividad para la atención constante del auditorio.

El tema de la locura es abordado de una manera sagaz. En un principio, no se sabe con certeza que la historia es narrada por un interno del manicomio, pero en el desarrollo, mediante el ambiente lúgubre y la arquitectura sicodélica, y en el desenlace se da forma a una historia que sorprendentemente es contada desde la locura y no denunciado la locura.

Finalmente, a pesar de que la modernidad ha realizado infinitas producciones cinematográficas con cantidad de efectos increíbles, y aunque esta película se produjo en 1919, creo fervientemente que esta es una excelente película no sólo por lo que he nombrado anteriormente, sino porque la trama hace que en el espectador germine la intriga y la especulación (en mi caso prematura, al concebirla como predecible cuando la inscribí en una época muy antigua). A fin de cuentas el desenlace sorprende vorazmente, es inesperado e inquietante en la mediada en que no se sabrá cuál será el destino, cuál será la cura para la locura de Francis.

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